El Ayuntamiento de Barcelona impulsa un concurso de proyectos para definir como tiene que ser la futura Rambla del Carmel, en el distrito de Horta-Guinardó, con el objetivo de que este espacio se convierta en un verdadero paseo cívico que conecte el Carmel, la Font d’en Fargues y Horta. La nueva Rambla del Carmel debe fomentar la interacción social entre los vecinos de los barrios, mejorando la conectividad y acabando con las barreras arquitectónicas.
El concurso comprende una superficie de más de 72.000 metros cuadrados, delimitados por las calles Beatriu, Rambla del Carmel, Pedrell, passatge Gabarnet, de les Ciències, de les Lletres, passatge Tossa, Porto y avinguda de l’Estatut.
El nuevo proyecto, que pretende recuperar la Rambla del Carmel como punto de encuentro de los vecinos de los barrios cercanos, tiene que responder a cinco premisas básicas:
Mejora de la conectividad cívica. Mejora de la accesibilidad en el espacio público. Adecuación de los frentes urbanos. Mejora de la calidad ambiental. Compatibilidad del programa funcional y de actividades.
_
Actuar en la Rambla del Carmel significa reflexionar que debe ser este espacio en sí, para el barrio y para la ciudad. La propuesta tiene como punto de partida la escala humana: recuperar la Rambla para la gente del barrio, esto implica eliminar los cortes y buscar una forma de acotar el espacio a medida humana.
Nosotros optamos por ganar espacio público unificando el viario en un solo lado. Esto permite liberar todo el frente del Carmel uniendo acera y espacio central, uniendo actividad comercial con usos cívicos.
Es con la implantación de una gran canopía, como en todas las ramblas, que conseguimos a nivel climático: un gran lugar de sombra, una reducción de la temperatura, además del beneficio de incrementar la vegetación en el espacio urbano. Dando un salto de escalera el proyecto alarga la presencia de Collserola dentro de la ciudad, camino hacia el Tres Turons.
La actual Rambla del Carmel queda conformada por la necesidad de los años 80 de resolver la vialidad estructural de la ciudad, hacia primero el espacio público. Las visiones han cambiado, es necesario que cada barrio tenga su espacio identitario de calidad. Hay que quitar protagonismo al coche para darlo a las personas, con espacio físico y calidad ambiental. Esto repercutirá a nivel social, económico y de salud.
La Rambla tiene, tanto por topografía y construcciones actuales, como por morfología, dos caracteres bien diferenciados: lado oeste (Carmel) y lado este (Font d’en Fargas-Horta). El lado oeste es donde se concentra la mayor carga urbana (viviendas, comercios, …), el lado este básicamente es residencial de baja densidad, con un tirón natural (gravitatorio) hacia Horta.
Longitudinalmente, la Rambla comienza y termina con un equipamiento mirador: sobre la Rambla uno, y hacia Collserola los dos. Conseguir dinamizar la Rambla implica que los extremos pasan a ser nodos remarcables para la gente del barrio. Es necesario repensar el papel de la vialidad. Dinamizar socialmente el paseo central. Dar las bases para una revitalización económica de la fachada oeste. Es necesario poner en valor los extremos. Es necesario implantar un elemento (natural-vegetal) que estructure el espacio y le dé un carácter unitario.