El proyecto para el nuevo Museo Eduard Camps en Guissona se enfoca en obtener los mejores estándares de habitabilidad y confort a un coste de recursos ambientalmente mínimo, aprovechando al máximo las oportunidades que ofrece el sitio, la configuración arquitectónica, sus materiales y los sus sistemas energéticos.
Las estrategias de diseño adoptadas tienen como objetivo disminuir el impacto ambiental mediante el cumplimiento de requerimientos concretos y verificables.
El proyecto de los nuevos pabellones es el reflejo de un pensamiento holístico que contempla este reto socioambiental y económico.
El resultado es un proyecto que entiende el ámbito a edificar como organismo integrado en el contexto, que apuesta decididamente por la prefabricabilidad de sus sistemas para minimizar el impacto en el lugar, construir en fases y facilitar su deconstrucción y reciclabilidad al final de su vida útil.