El proyecto de montaje de la exposición “La colección en contexto”, se plantea desde la necesidad expuesta en el guión de ver todas las obras en conjunto, al tiempo que se definen agrupaciones temáticas más pequeñas. La necesidad de establecer vínculos conceptuales entre las esculturas y las pinturas colgadas en la pared, obliga, o bien a exponer las primeras cerca de la pared, o bien a pensar en un sistema expositivo capaz de colonizar la totalidad del espacio de la sala sin perder la relación entre las piezas.
Si optamos por un sistema de peanas convencionales, a la medida de las piezas, nos vemos obligados a colocar las piezas próximas entre ellas y próximas a la pared, para establecer los vínculos conceptúales que plantea el guión. Esto hace que el espacio central de la sala quede vacío, y toda la tensión expositiva se limite al perímetro de la sala. Otro factor negativo es el escaso número de relaciones de lectura cruzada que se establecen entre las piezas, generando una lectura muy lineal y previsible, pieza a pieza.
El sistema expositivo que planteamos permite ocupar el espacio con mucha más libertad, para, manteniendo la lectura de los grupos conceptuales definidos desde el guión, establecer una red de relaciones entre piezas y en el espacio mucho más rica.
Así pensamos en un sistema de planos de soporte que alejan las esculturas de las paredes y las sustentan en el centro de las salas. La dimensión en superficie y longitud de las mesas, necesariamente grande, deberá ser compensada por un diseño que insista en una imagen de ligereza, para evitar una indeseable sensación de peso de unos soportes, que tienen que “suspender”, en el centro del espacio unas esculturas de naturaleza ligera.