Finalista Concurso Nau Turbines, Sant Adrià del Besòs

FINALISTA CONCURSO INTERNACIONAL PARA LA AMPLIACIÓNY LA REMODELACIÓN DE LA NAU TURBINES A SANT ADRIÀ DEL BESÒS
Este proyecto es una oportunidad única para regenerar profundamente un lugar muy maltratado. Por ello, es imprescindible vincular estrechamente el edificio al entorno en el que fue implantado, atendiendo a la lógica de las agrupaciones vecinales, que reclaman una recuperación ecológica y ambiental completa de la desembocadura del Besòs. Es el momento de renaturalizar un espacio que será paisaje, mediterráneo (dunas, playas y vegetación autóctona) y metropolitano. Una transformación física y simbólica de un pasado industrial, conflictivo, contaminado y contaminante en un futuro verde y justo.

El Espai Experiència se desvincula constructivamente del edificio. Una pieza ligera, suspendida y reversible que se apoya en la estructura de hormigón existente, liberando de uso la sala de turbinas, conservando en gran parte sus vacíos y permitiendo la visión entre plantas que existe actualmente. Nos parece muy importante preservar al máximo las cualidades arquitectónicas y tectónicas del edificio actual, así como entender la magnitud del espacio que sigue abierto al exterior y conectado con el entorno: el mar y la montaña, el sol y el viento. Liberar la planta de la sala de turbinas nos permite generar un gran vestíbulo público. Un espacio que actúa como antesala de la sala de experiencias, pero también como un espacio abierto a la ciudadanía. Un lugar con vistas privilegiadas al mar y a la ciudad. Una gran plaza cubierta donde la gente podrá encontrarse antes, durante y después las actuaciones.

La potencialidad comunicativa de la fachada radica en su capacidad de transformarse en función de las necesidades visuales y emocionales del momento. Una gran pantalla tridimensional que puede hacer que este volumen se muestre como transparente, neutro y silencioso en algunos momentos, y en otros, actúe como una gran pantalla de cine y luz que transforme totalmente el carácter del edificio de manera temporal, en definitiva, un lienzo en blanco para que los creativos puedan plasmar sus ideas y conceptos con total libertad. Esta flexibilidad permite que la fachada se convierta en una herramienta de comunicación poderosa, capaz de transmitir mensajes visuales y crear atmósferas únicas. Además, la fachada se plantea como un elemento integrador que refuerza la interacción con el público, convirtiendo el edificio en un referente cultural y comunicativo en el espacio urbano. Con esta propuesta, se logra una fachada que no solo envuelve, sino que también dialoga con la ciudad. Finalmente, el juego de luces e imágenes permite que cada momento sea único y cautivador, aportando un elemento de sorpresa y atracción constante.
